Varias cafeterías del sector, como el Miss Lily’s, Chocolat o Mi Tierra Café se sumaron voluntariamente a la campaña del Ministerio del Medio Ambiente que busca acabar con las cañitas, dado el daño que producen a la Tierra.
No suelen ponerle bombillas a los jugos en la pastelería Miss Lily’s de calle Avelino Contardo. Sólo si algún cliente las pide explícitamente, ahí recién le dan en el gusto, pero cada vez son menos. Ayer el Miss Lily’s fue uno de los locales del barrio Brasil que se comprometió con la campaña «Chao Bombillas», que busca reducir el uso de estos elementos para intentar frenar el daño al medioambiente que producen.
La dependiente de la cafetería, Patricia Aguirre, cuenta que los jóvenes son los que menos piden cañitas para el jugo, «pero la gente de más edad sí (las piden)», reconoce. El local tiene varias medidas a favor del ecosistema como, por ejemplo, vender solamente agua mineral en envase de vidrio. Después, cuenta Aguirre, «viene una empresa a buscarla y hace vasos. A la gente del lugar también se las damos (los envases) porque en el auto la andan trayendo, no andan usando la botella plástica».
No solo en las bombillas y en los envases se nota el compromiso del local, sino en las bolsas de género en las que se entregan los productos. Son rosadas, con un listón oscuro, que incluye el logo del local. «Es lo más seguro para regalo», reflexiona.
Uso de bombillas
El seremi (s) de Medio Ambiente, Roberto Villablanca, hace un llamado a los establecimientos comerciales a sumarse a esta campaña del Ministerio. «Las bombillas plásticas se demoran un minuto en producirlas, después terminan en ecosistemas donde no queremos que terminen, como en el mar. Eso afecta nuestra fauna, perduran ahí por más de 200 años», explica.
La autoridad regional recomendó no utilizar las bombillas plásticas dado el peligro que reviste para el planeta (ver infografía) y a usar otras formas alternativas de tomar el juguito. También hizo mención a que esto se suma a una ley surgida años atrás (Ley de Fomento al Reciclaje), que extiende la responsabilidad a quienes fabrican estos productos.
«Estamos esperando a que se generen los reglamentos para poder cumplir las metas de reciclaje y así contribuir del punto de vista normativo, pero también del punto de vista de los ciudadanos de querer sumarse como autoregulación, y poder aportar al desafío de ir reduciendo nuestros residuos», explicó Villablanca.
Una opinión similar compartió el diputado José Miguel Castro. «Es muy importante que entiendan que el mejor residuo es aquel que no se genera», dijo, agregando que «una bombilla que no sale al comercio, una bombilla que no es ocupada por una persona es una bombilla menos en el mar y tiene la posibilidad cero de generar un daño al medioambiente», dijo el parlamentario.